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En caso de que reciba o piensa regalar un juguete sexual inteligente para San Valentín, exploramos cuáles son los riesgos para la seguridad y la privacidad a los que puede exponerse y compartimos algunas recomendaciones para minimizarlos.
Lo hicimos. De alguna manera, pasamos el 2020 y ahora el Día de San Valentín está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, las consecuencias del 2020 aún pueden palparse en todas partes y, lo crea o no, la pandemia del COVID-19 puede haber aumentado las posibilidades de que este año reciba como regalo de San Valentín un nuevo juguete para adultos con acceso a Internet para disfrutar en su nido de amor.
La pandemia ha provocado que muchas personas se refugien en casa, a veces lejos de sus parejas e impidiendo que puedan continuar teniendo citas y con sus vidas amorosas normales. Incluso ahora, algunas parejas que mantienen una relación a distancia siguen lidiando con las consecuencias de las restricciones para viajar y el distanciamiento social.
En este contexto, muchos se han volcado a nuevas formas de explorar su sexualidad o mantener viva la llama a través de juguetes para adultos que pueden ser controlados a distancia. Poco después de haberse decretado la pandemia, las ventas de estos dispositivos se dispararon, evidenciando el creciente pico de popularidad que están teniendo las aplicaciones de sexteo y otras formas de intimidad virtual.
Sin duda, los juguetes sexuales conectados a Internet, también conocidos como teledildónicos, han estado durante años buscando un lugar bajo al sol —o en el dormitorio, si prefiere. Sin embargo, en un contexto en el que la enorme oferta de aparatos ha ido ganando cada vez más terreno como parte del concepto de sexnología, es seguro decir que los dispositivos sexuales conectados a Internet están aquí para quedarse.
Por otro lado, al igual que con cualquier otro gadget con conexión a Internet, los juguetes inteligentes para adultos tienen considerables implicancias en la privacidad y seguridad de las personas. Además, dado lo personales que son estos dispositivos y el tipo de datos que recopilan, es difícil no pensar en las posibles amenazas que pueden afectar la privacidad.
¿Qué tan inteligentes son los juguetes sexuales inteligentes?
¿Cuándo fue la última vez que buscó en Google “juguetes sexuales inteligentes”? ¿Qué tan versátiles cree que son estos juguetes en cuanto a tecnología? Bueno, no es necesario que realice una búsqueda; lo pondremos al día sobre lo último en esta industria en constante crecimiento.
Hoy en día, estos dispositivos cuentan con una amplia gama de funciones. Para empezar, permiten otorgar el control remoto de su dispositivo a otras personas a través de una app móvil, el navegador o su computadora. Los usuarios también pueden participar en chats grupales, enviar mensajes multimedia, realizar videoconferencias, sincronizar los patrones de vibración con una playlist de canciones o de audiolibros y conectar los dispositivos a un asistente de voz inteligente como Alexa. Algunos modelos permiten a los usuarios sincronizar dos juguetes sexuales para replicar sus movimientos, y otros son wearables.
Cuando se trata de arquitectura, la mayoría de estos dispositivos pueden ser controlados utilizando Bluetooth Low Energy (BLE) a través desde una app instalada en un teléfono. Algunos fabricantes ofrecen a los usuarios la posibilidad de conectarse a sus dispositivos a través de un software en sus computadoras y usando un dongle BLE especial, y también la posibilidad de usar la API BLE en ciertos navegadores para conectarse a los juguetes sexuales usando una aplicación web.
Luego, la aplicación se conecta a través de Wi-Fi o del operador de telefonía móvil a un servidor en la nube, que almacena la información de la cuenta de la persona y los archivos multimedia y, por supuesto, es responsable de permitir la funcionalidad principal, como chatear y/o realizar videoconferencias.
Y esto es sólo el principio. Los últimos avances en la industria de los juguetes sexuales incluyen modelos con capacidades de realidad virtual (VR) y robots sexuales que incluyen cámaras, micrófonos y capacidades de análisis de voz. De hecho, el uso de robots como sustitutos de las trabajadoras sexuales en los burdeles ya es una realidad en algunos países.
Pero volvamos a los dispositivos de más fácil acceso que puede encontrar en las tiendas locales cercanas y exploremos los riesgos de obtener y usar uno.
¿Lo qué pasa en el dormitorio, se queda en el dormitorio?
Supongamos que recibe o decide comprarle a su pareja uno de estos juguetes sexuales inteligentes como regalo para el Día de San Valentín… ¿qué podría salir mal en términos de seguridad y privacidad? Bueno, dada la amplia gama de funcionalidades que ofrecen estos productos, la superficie de ataque es bastante grande. Hay ciertas características de diseño que los atacantes pueden explotar: la conexión local vía Bluetooth que algunas veces está desprotegida, vulnerabilidades en el servidor o en las aplicaciones, conexiones Wi-Fi inseguras y muchas otras.
Para ser concisos, mencionaremos solo tres escenarios de ataque posibles:
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Ejecutar código malicioso en el dispositivo
En este caso, el atacante podría, por ejemplo, intentar modificar el código que se ejecuta dentro del dispositivo (su firmware) para realizar acciones maliciosas. En algunos casos, el atacante podría llegar a usar el dispositivo comprometido como un zombi, ordenando a la víctima a que envíe más comandos maliciosos a otros usuarios de la lista de contactos. El atacante también podría intentar causar daño físico al usuario, por ejemplo, sobrecalentando el dispositivo.
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Interceptar comunicaciones y robar datos
La información procesada por los juguetes sexuales y las aplicaciones es extremadamente sensible: nombres y otra información de contacto, parejas sexuales, así como fotos y videos íntimos. Además, información sobre el uso del dispositivo que revela parte de las preferencias sexuales de un usuario, como los patrones de uso preferidos o las horas de uso. En caso de robo, estos datos podrían usarse contra la víctima, exponiendo su intimidad o incluso en campañas de sextorsión.
El atacante también podría explotar vulnerabilidades en los protocolos que se utilizan para recopilar información o incluso conectarse al dispositivo evadiendo mecanismos de autenticación deficientes. Imagine un escenario en el que alguien toma el control de un dispositivo sexual sin el consentimiento del usuario mientras lo está usando, e incluso envía diferentes comandos al dispositivo. ¿Se consideraría esto una agresión sexual? ¿La legislación actual contempla la posibilidad de sancionar tal comportamiento?
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Realizar un ataque de denegación de servicio
En última instancia, esto impediría que el usuario envíe cualquier comando al juguete. Por ejemplo, el año pasado se descubrió que un popular cinturón de castidad contenía vulnerabilidades que habrían permitido a un atacante bloquear remotamente el dispositivo, evitando que el usuario pudiera desbloquearlo. De hecho, esto derivó en ataques en los que el atacante primero bloqueó los dispositivos y luego pidió el pago de un rescate para desbloquearlos. Esto también demuestra lo importante que es la seguridad y la privacidad en las plataformas relacionadas con el sexo.
Cuídese: use protección
Ahora, la gran pregunta es: ¿cómo puede renovar su vida sexual sin poner en riesgo su privacidad y seguridad?
- Como en cualquier otra práctica de sexteo, evite compartir fotos o videos en los que pueda ser identificado. Por supuesto, no publique en Internet tokens de control remoto. Además, evite registrarse en aplicaciones de sexo utilizando un nombre oficial o una dirección de correo que permita identificarlo. En otras palabras, trate de mantenerse en el anonimato.
- Siempre utilice juguetes sexuales por control remoto en un entorno protegido y evite usarlos en lugares públicos o de mucho tránsito de personas, como bares u hoteles. Además, mientras usa el juguete, mantenga la aplicación conectada a él, ya que esto evita que el dispositivo anuncie su presencia.
- Antes de comprar un juguete sexual inteligente, asegúrese de comprar un dispositivo que sea seguro y que venga de un fabricante de confianza. Investigue un poco sobre los aspectos de seguridad del aparato; por ejemplo, utilice los motores de búsqueda para averiguar si el juguete tiene un historial de vulnerabilidades graves. Si es así, revise si hay parches disponibles y si hay actualizaciones frecuentes por parte del desarrollador. Además, descargar las apps para control y probar sus funciones antes de comprar el dispositivo puede darle un panorama general de cuán segura es la aplicación.
En cuanto a las apps de citas, la mayoría de las medidas de las recomendaciones de seguridad giran en torno al sentido común.
Lectura recomendada: Estafas en apps y sitios de citas online: cuando el amor se convierte en una pesadilla
- Trate de compartir lo menos posible y solo lo que sea necesario. Sabemos que crear un perfil en Tinder, Happn o cualquier otra app de citas es muy sencillo. La mayoría de las veces solo necesitamos vincular nuestra cuenta con nuestro perfil de Instagram o Facebook. Sin embargo, también debemos pensar que tanto Facebook como Instagram almacenan fotos e información personal relacionada con nuestros gustos e intereses que quizás no queramos compartir. Si inicia sesión con Facebook, Google o cualquier otra cuenta, preste especial atención a los permisos que le está otorgando a la aplicación. Muchas aplicaciones pueden solicitar más información que su nombre o dirección de correo electrónico. Además, tenga cuidado al compartir información sensible como su ubicación.
- Cuidado con los perfiles falsos. Asegúrese de que del otro lado de la app hay una persona real. Para eso puede utilizar la búsqueda inversa de imágenes en Google o Tineye para verificar que las imágenes no pertenecen a otra persona o si se utilizan en otros sitios web.
- Manténgase alerta a las posibles estafas. No caiga en la tentación de llevar la conversación a otras plataformas por fuera de la aplicación, ya que esta es una de las técnicas más comunes utilizadas por los estafadores. Además, intente no revelar información personal como el número de teléfono o la dirección de correo electrónico, detalles de la familia, la ubicación de su casa, etc. Muchas aplicaciones de citas restringen la cantidad de información del perfil que se puede compartir, lo cual es bueno. Sin embargo, esta protección no funcionará si un estafador lo convence de compartir sus datos personales por otros medios.
- Como en cualquier otro sitio o red social, asegure su perfil. Utilice contraseñas seguras y únicas para cada plataforma y habilite siempre que sea posible el doble factor de autenticación.
- Finalmente, ya sea que elija jugar con un juguete sexual inteligente o usar una aplicación de citas, lea siempre los términos y condiciones de las aplicaciones y sitios web en los que se registra o a los que envía algún tipo de información. Preste especial atención a los apartados que describen los datos recolectados por la empresa, así como la forma en que procesan dichos datos. Además, mantenga su dispositivo móvil y las aplicaciones siempre actualizadas, instale una solución de seguridad en cada equipo e intente utilizar redes Wi-Fi protegidas al momento de compartir información sensible.
Una última consideración: los juguetes sexuales inteligentes pueden ser divertidos y una nueva forma de agregar un poco de condimento a las cosas en su dormitorio. Pero si no planea dejar que otros controlen el dispositivo de manera remota, simplemente no compre un juguete sexual inteligente, consiga uno normal.
En el siguiente video, resumimos el contenido de este artículo sobre el escenario de la seguridad de los juguetes sexuales y qué debes considerar si para el Día de San Valentín recibes o decides regalar uno de estos dispositivos conectados a Internet.
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